En el ser humano, la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Por lo que es fácil relacionar nuestras emociones con nuestra alimentación, a esta circunstancia especifica la llamaremos "alimentación emocional".
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